David Plaza empezó a correr en los primeros años 80, cuando el actual running se llamaba footing o jogging. Entonces sólo había prendas de algodón, el pulso se tomaba con los dedos índice y corazón en la vena yugular, los corredores se saludaban cuando se cruzaban, y no había redes sociales para poder presumir de hazañas atléticas. Lo que empezó como una sana afición, se tornó en un trabajo cuando entró a formar parte de la redacción de la revista Runner's World, la más vendida de este sector. Desde entonces recorre el mundo participando en maratones multitudinarios (Nueva York, Berlín, París...), desiertos, carreras de montaña o pequeñas carreras de las fiestas de un pueblo recóndito. Considera que lo más importante no es la carrera en sí, sino el viaje, la experiencia, el entorno en el que se celebra, la cultura, la música, la gastronomía, el paisaje y sobre todo...el paisanaje.
David Plaza ha viajado a estos destinos
El desierto es imponente. Algo brutal. Eterno, cruel. Es precioso y duro. Te puede cambiar la vida, y te la cambia. Y paradójicamente, es un lugar de ensueño para correr. La Desert Run no es una carrera en la que el esfuerzo físico se imponga al disfrute...
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